ÍCONOS RELIGIOSOS
Entrevista a Corina Pérez
Plaza
09 de agosto de 2012
Por Gladys Calzadilla
Fotografía Corina Pérez Plaza
La imagen religiosa es el tema que
sirve de excusa para el argumento conceptual-estético planteado en torno a
ella. El replanteamiento estético de las imágenes religiosas de nuestro
imaginario popular. Buscando representar como las vemos, sentimos, recordamos,
y en la manera en la que se encuentran insertadas en distintos espacios cotidianos,
diversidad de escenarios, públicos o íntimos. Unas veces pasan desapercibidas,
otras veces ocupando el lugar principal en el altar de la iglesia, del hogar,
de la habitación, de la cabina del autobús, en una estampita dentro de la
billetera, etc.
Puede parecer curioso el hecho que,
en nuestro país, los mismos íconos religiosos sean adorados por cultos tan
diferentes como son el catolicismo y la santería. Pero coexisten a pesar que en
esencia, un culto pueda considerarse la antítesis del otro y viceversa. Es algo
que se da de manera natural en una cultura tan rica como la venezolana,
resultante del mestizaje. Algo que ha confluido con el pasar del tiempo hasta
nuestros días. Cultura llena de diversidad, con numerosas adiciones foráneas,
que al introducirse en nuestra idiosincrasia de naturaleza permeable y maleable,
resultan en múltiples mezclas culturales, ricas en contrastes armoniosos y
complejos que son sumamente interesantes.
La cultura popular es un ente vivo
que se encuentra en estado de cambio permanente, integra tradición con novedad,
lo anticuado con lo tecnológico, lo clásico con lo vanguardista.
En la actualidad, se produce un
fenómeno de interacción cultural, producto de las velocidades extremas de las
tecnologías de comunicación. En este proceso se crean nuevas subculturas que
son sustituidas por otras rápidamente.
En
la mayoría de los casos, una cultura adopta las estéticas y las imágenes de
otras, sin conocer ni darle valor a su origen o significado inicial, generando
así novedosas formas de expresión. Por lo general, estas fusiones se les dan un
significado completamente nuevo y distinto al original. En otros casos, se unen
varios contenidos para formar un híbrido.
Resulta fascinante capturar mediante
un registro visual, las formas de expresión que se gestan dentro de este
proceso de cambio cultural, peculiar por su naturaleza directa, fugaz y
azarosa.
Las
piezas que hago sirven de registro para las combinaciones observadas que han
llamado mi atención, así como también pueden ser propuestas de fusiones
estéticas que he creado.
Como el imaginario popular es
diverso y extenso, me he enfocado en las imágenes religiosas como tema para
abordar este planteamiento. Las he seleccionado dentro de la vasta gama del
imaginario popular, por los valores positivos y universales que promueven, y
por ser imágenes iconográficas de alto impacto visual.
En el taller, juego con las
discordancias que cohabitan en nuestro imaginario, con la intención de
refrescar al ícono religioso, y lograr capturar la carga de información que
rodea a estas imágenes dentro de las tradiciones, costumbres y modo de vida de
los venezolanos en la actualidad.
El tono del trabajo en líneas
generales es ligero, con un toque del sentido del humor que nos caracteriza a
todos los venezolanos y a nuestro modo de vivir la vida. Creo que esto es, en
gran medida, lo que nos permite congeniar en medio de tantas disparidades, ya
que somos diferentes en algunos aspectos pero a la vez semejantes, viendo la
vida siempre con ojos nuevos y una actitud alegre.
En Venezuela, los opuestos crean
armonías sabrosas que conforman nuestra identidad. Yo espero que mi trabajo sea
un reflejo de eso.
Corina Pérez Plaza
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